martes, 6 de enero de 2009

desde oriente hasta mi corazón



Si al mecer las azules campanillas

de tu balcón
crees que suspirando pasa el viento
murmurador,
sabe que, oculto entre las verdes hojas,
suspiro yo.

Si al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor,
crees que por tu nombre te ha llamado
lejana voz,
sabe que, entre las sombras que te cercan,
te llamo yo.

Si se turba medroso en la alta noche
tu corazón
al sentir en tus labios un aliento
abrasador,
sabe que, aunque invisible, al lado tuyo
respiro yo.


Como caída del cielo llegaste, a este vagabundo en el amor. Tú iluminaste mis mañanas, mis noches y mis sueños.


Colocaste una sonrisa permanente, que lejos de desvanecerse, aumenta cada segundo más y más feliz de permanecer por un minuto más, a tu lado.


Contento de sentirte a mi lado, orgulloso de lo conseguido, y temeroso de poder perderte en un giro del destino, lucharé por conseguir que esto aumente y dure el mayor tiempo posible.


Tú, mi dama, trajiste la cordura en mi corazón.


Todo esto viene a juego con el día que hoy vivimos. La llegada de los Reyes Magos, cuando muchos niños desean cosas, regalos, juguetes, salud, la paz en el mundo, y yo en cambio sólo puedo desear seguir contigo un día más, y otro y otro y otro …


El verdadero regalo me lo hicisteis varias personas cuando os conocí. Poco a poco me disteis vuestro brazo, y entre ellos, tú me abriste tu corazón.


Una charla tras otra fue forjando lo que hoy es un gran cariño mutuo. Y al igual que mi regalo de hoy para ti, tú como una buena y guapa dama, me recogiste en tus brazos para darme todo el amor que hoy tanto deseo cuando no puedo estar junto a ti.


Espero que siga siendo así por muchísimo tiempo, que sepas que te quiero mucho de verdad, que mi corazón desde hace tiempo me pertenece, y que mi regalo de Reyes, esta vez se adelanto varios meses, pero aún sigo disfrutándolo como un niño pequeño.


Gracias por todo, eres la más maravillosa, te quiero mucho.


Álvaro Sáez Murcia 06/01/09